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La naturaleza es imperfectamente perfecta, está llena de piezas sueltas y posibilidades, de barro y polvo, ortigas y cielo, de momentos trascendentales con las manos y rodillas despellejadas.
La naturaleza es imperfectamente perfecta, está llena de piezas sueltas y posibilidades, de barro y polvo, ortigas y cielo, de momentos trascendentales con las manos y rodillas despellejadas.