-
Las mujeres aman a los forajidos como los bebés a los perros callejeros. Las damas tocan a los bebés como un banquero toca el oro, los forajidos tocan a las damas en algún lugar profundo de su alma.
Las mujeres aman a los forajidos como los bebés a los perros callejeros. Las damas tocan a los bebés como un banquero toca el oro, los forajidos tocan a las damas en algún lugar profundo de su alma.