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La justicia propia exclama: "No me salvaré a la manera de Dios; haré un nuevo camino al cielo; no me inclinaré ante la gracia de Dios; no aceptaré la expiación que Dios ha realizado en la persona de Jesús; seré mi propio redentor; entraré en el cielo por mis propias fuerzas, y glorificaré mis propios méritos." El Señor está muy airado contra la justicia propia. No conozco nada contra lo que arda más Su furia que contra esto, porque esto le toca en un punto muy tierno, insulta la gloria y el honor de Su Hijo Jesucristo.