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Creo que Dios dirige los asuntos y que no necesita ningún consejo mío. Con Dios al mando, creo que al final todo saldrá bien. Así que no hay de qué preocuparse.
Creo que Dios dirige los asuntos y que no necesita ningún consejo mío. Con Dios al mando, creo que al final todo saldrá bien. Así que no hay de qué preocuparse.