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  • Mis buenos amigos, aunque les recomiendo encarecidamente que cuiden de su salud y seguridad, como cosas más preciadas para nosotros, no quisiera que ese cuidado degenerara en una atención afeminada y excesivamente curiosa, que siempre es vergonzosa para uno mismo y a menudo molesta para los demás.

    Edmund Burke (1852). “The Works and Correspondence Of...Edmund Burke”, p.212