Lo que ustedes, los de la dirección de la CHOAM, parecen incapaces de entender es que rara vez se encuentran lealtades reales en el comercio. ... Los hombres deben querer hacer las cosas por sus propios impulsos más íntimos. Las personas, no las organizaciones comerciales ni las cadenas de mando, son las que hacen funcionar las grandes civilizaciones. Toda civilización depende de la calidad de los individuos que produce. Si organizas en exceso a los seres humanos, los legalizas en exceso, reprimes su impulso de grandeza, no pueden trabajar y su civilización se derrumba.