John Dryden Citas sobre el corazón

• El consejo de una mujer nos llevó primero al infortunio,
  e hizo que su hombre renunciara a su paraíso,
  donde vivía a sus anchas; y podría haber estado
  Tan libre del dolor como del pecado.

  John Dryden

  Mujeres, Corazón, Dolor

  John Dryden, C. B., Esquire Charles BATHURST (1852). "Selecciones de la poesía de Dryden, incluyendo sus obras de teatro y traducciones. [Prefacio del editor firmado: C. B., es decir, Charles Bathurst.]", p.243

• Crece el coraje de los corazones y no de los números.

  John Dryden

  Corazón, Números, Crece

  John Dryden (1808). "Las obras de John Dryden: Now First Collected in Eighteen Volumes", p.171

• Mis manos son culpables, pero mi corazón es libre.

  John Dryden

  Corazón, Manos, Culpa

  John Dryden, C. B., Esquire Charles BATHURST (1852). "Selecciones de la poesía de Dryden, incluyendo sus obras de teatro y traducciones. [Prefacio del editor firmado: C. B., es decir, Charles Bathurst.]", p.94

• Mi corazón está tan lleno de alegría, que haré alguna salvaje extravagancia de amor en público; y el insensato mundo, que no conoce la ternura, me creerá loco.

  John Dryden

  Corazón, Pensar, Loco

  1678 Todo por amor, o El mundo bien perdido, acto 2.

• En tiempos piadosos, antes de que comenzara el sacerdocio, antes de que la poligamia se convirtiera en pecado; cuando el hombre, con muchos, multiplicaba su especie, antes de que uno a uno fuera confinado malditamente: Cuando la Naturaleza incitaba, y ninguna Ley negaba el uso promiscuo de concubina y novia; Entonces, el monarca de Israel, según el propio corazón del Cielo, Su vigoroso calor impartió diversamente A esposas y esclavas: y, tan amplio como su mandato, Esparció la imagen de su Creador por la tierra.

  John Dryden

  Corazón, Hombres, Israel

  John Dryden, "Absalón y Achitophel"

• Lo que me queda es de mi manantial natal; Aún tengo un corazón que se hincha, en desprecio del destino, Y me eleva a mis orillas.

  John Dryden

  Primavera, Corazón, Destino

  1678 Todo por amor, o El mundo bien perdido, acto 3.

• Los dioses, (si los dioses se inclinan a la bondad Si los actos de misericordia tocan su mente celestial), Y, más que todos los dioses, tu corazón generoso, Consciente del valor, ¡recompensa su propio desierto!

  John Dryden

  Corazón, Mente, Desierto

  John Dryden (1808). "The Works of John Dryden Now First Collected ...", p.255

• Seguro que no hay ninguno pero teme un estado futuro;
  Y cuando los más obstinados juran que no lo hacen,
  sus corazones temblorosos desmienten sus lenguas jactanciosas.

  John Dryden

  Corazón, Lengua, Eternidad

  John Dryden (1808). "Las obras de John Dryden: Now First Collected in Eighteen Volumes", p.437

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