Autores:
  • La tarea política del científico social -como la de cualquier educador liberal- es traducir continuamente los problemas personales en cuestiones públicas, y las cuestiones públicas en los términos de su significado humano para una variedad de individuos. Es su tarea desplegar en su trabajo -y, como educador, también en su vida- este tipo de imaginación sociológica. Y es su propósito cultivar tales hábitos mentales entre los hombres y mujeres que se exponen públicamente a él. Asegurar estos fines es asegurar la razón y la individualidad, y hacer de éstas los valores predominantes de una sociedad democrática.

    C. Wright Mills (2000). “The Sociological Imagination”, p.187, Oxford University Press