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  • La ociosidad es el gran Océano Pacífico de la vida, y en ese abismo estancado las cosas más saludables no producen ningún bien, las más nocivas ningún mal. El vicio, ciertamente, considerado abstractamente, puede ser, y a menudo es engendrado en la ociosidad; pero en el momento en que se convierte eficientemente en vicio, debe abandonar su cuna y dejar de ser ocioso.

    Charles Caleb Colton (1836). “Lacon: Or, Many Things in Few Words, Addressed to Those who Think”, p.312