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Es en las primeras horas de la mañana cuando se ve lo que no se ve, y cuando la belleza y la gloria lejanas, venciendo toda su vaguedad, descienden sobre nosotros hasta permanecer claras como el cristal cerca del alma.
Es en las primeras horas de la mañana cuando se ve lo que no se ve, y cuando la belleza y la gloria lejanas, venciendo toda su vaguedad, descienden sobre nosotros hasta permanecer claras como el cristal cerca del alma.