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La modestia fingida de la mayoría de las mujeres es un señuelo para los generosos, los delicados y los desprevenidos; mientras que los astutos, los audaces y los insensibles ven o rompen sus delgados disfraces.
La modestia fingida de la mayoría de las mujeres es un señuelo para los generosos, los delicados y los desprevenidos; mientras que los astutos, los audaces y los insensibles ven o rompen sus delgados disfraces.