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  • Cuando me observo y descubro que estoy generando ira, mala voluntad o animosidad, me doy cuenta de que yo soy la primera víctima del odio o la animosidad que estoy generando dentro de mí. Sólo después empiezo a dañar a los demás. Y si estoy libre de estas negatividades, la naturaleza o Dios Todopoderoso empieza a recompensarme: Me siento en paz.