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El alma nunca puede corromperse con la corrupción del cuerpo, sino que es como el viento que causa el sonido del órgano, y que deja de producir un buen efecto cuando se estropea una pipa.
El alma nunca puede corromperse con la corrupción del cuerpo, sino que es como el viento que causa el sonido del órgano, y que deja de producir un buen efecto cuando se estropea una pipa.