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Es muy de lamentar que las disputas partidistas hayan llegado tan lejos, y que la verdad esté tan envuelta en niebla y falsas representaciones, que es extremadamente difícil saber a través de qué canal buscarla. Esta dificultad es muy de lamentar para alguien que no pertenece a ningún partido y cuyo único deseo es seguir con paso firme un camino que conduzca a este país a la respetabilidad, la riqueza y la felicidad. Pero así es la turbulencia de las pasiones humanas en las disputas partidistas, cuando se lucha por la victoria más que por la verdad.