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Algunos hombres -no todos- ven siempre ante sí un ideal, una imagen mental, si se quiere, de lo que deberían ser y no son. Quien trata de seguir este ideal revelado a la visión mental, quien trata de alcanzar la conformidad con él, encontrará que se agranda y se aleja de él. El que lo siga mejorará su propio carácter moral, pero el ideal permanecerá siempre por encima de él y ante él, impulsándole a nuevos esfuerzos.