Autores:
  • El cuerpo de un hombre rico es como una almohada de algodón de primera calidad, blanca y suave y en blanco. El nuestro es diferente. La columna vertebral de mi padre era una cuerda anudada, de las que usan las mujeres en los pueblos para sacar agua de los pozos; la clavícula se le curvaba alrededor del cuello en altorrelieve, como el collar de un perro; cortes, muescas y cicatrices, como pequeñas marcas de látigo en la carne, le recorrían el pecho y la cintura, llegando hasta las nalgas por debajo de los huesos de la cadera. La historia de la vida de un pobre hombre está escrita en su cuerpo, con una pluma afilada.

    FaceBook post by Aravind Adiga from Nov 30, 2013