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Tras mi encuentro con amigos musulmanes, rezo más de lo que solía hacerlo. Mi vida de oración se ha visto enriquecida por mi encuentro con algunos musulmanes, alentada por su devoción y enriquecida también por sus formas de rezar. ¿He transigido en este sentido en absoluto? No, al contrario, he profundizado en mi fe y creo que mi amor a Dios se ha hecho más profundo e inteligente en cierto sentido, más rico por ese mismo encuentro.