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Mi generación es la primera de mi especie que ha colocado la forma física junto a la piedad en la escala de las cosas. Mantenerse en forma se ha convertido en el imperativo de nuestra mediana edad. La mayor carga de culpa que arrastramos a los cuarenta es la flacidez. Nuestra sensación de fracaso se mide por la nota obtenida en una prueba de esfuerzo.