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Aunque se ha dicho que las manos ociosas son el taller del diablo, cuando se trata de adolescentes, tanto las manos ociosas como las activas son el taller del diablo.
Aunque se ha dicho que las manos ociosas son el taller del diablo, cuando se trata de adolescentes, tanto las manos ociosas como las activas son el taller del diablo.