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Mi verdadero primer trabajo fue repartir periódicos cuando tenía 15 años. Iba en bicicleta y tiraba periódicos en casa de la gente. Lo malo era que cuando iba a recogerlos todos actuaban como si no estuvieran en casa. Era un asco, pero como podía controlar el tiempo, descargaba granizo del tamaño de un cubo de basura sobre sus casas hasta que quedaban completamente diezmadas.