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Que sea un principio establecido en nuestras mentes, al leer la Biblia, que Cristo es el sol central de todo el libro. Mientras lo tengamos a Él a la vista, nunca nos equivocaremos mucho en nuestra búsqueda del conocimiento espiritual. Una vez que perdamos de vista a Cristo, encontraremos toda la Biblia oscura y llena de dificultades.