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"El mío no es un afecto egoísta, ¿sabe?", dijo el señor Toots, con la confianza que le daba el haber sido testigo de la ternura del capitán. "Es el tipo de cosa que me pasa, Capitán Gills, que si pudiera ser atropellado - o - o pisoteado - o - o arrojado desde un lugar muy alto - o cualquier cosa por el estilo - por el bien de la señorita Dombey, sería la cosa más deliciosa que pudiera sucederme."