El tiempo es diferente para un árbol que para un hombre. El sol, la tierra y el agua son cosas que entiende un árbol, no los días, los años y los siglos. Para los hombres, el tiempo es un río. Estamos atrapados en su corriente, precipitándonos del pasado al presente, siempre en la misma dirección. La vida de los árboles es diferente. Echan raíces, crecen y mueren en un lugar, y ese río no los mueve. El roble es la bellota, la bellota es el roble.