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  • La pena de muerte es un medio necesario y eficaz para que la Iglesia alcance su fin cuando los rebeldes actúan contra ella y los perturbadores de la unidad eclesiástica, especialmente los herejes obstinados y los heresiarcas, no pueden ser impedidos por ninguna otra pena de continuar perturbando el orden eclesiástico e impulsando a otros a toda clase de crímenes ... Cuando la perversidad de uno o varios está calculada para llevar a la ruina a muchos de sus hijos, está obligada eficazmente a eliminarla, de tal manera que si no hay otro remedio para salvar a su pueblo, puede y debe dar muerte a estos malvados.