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En un momento u otro, casi todos los políticos necesitan tanto a un hombre honesto que, como un lobo voraz, irrumpe en un redil de ovejas: pero no para devorar el carnero que ha robado, sino para ocultarse tras su lanoso lomo.
En un momento u otro, casi todos los políticos necesitan tanto a un hombre honesto que, como un lobo voraz, irrumpe en un redil de ovejas: pero no para devorar el carnero que ha robado, sino para ocultarse tras su lanoso lomo.