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Así como hablamos de la belleza poética, también deberíamos hablar de la belleza matemática y de la belleza médica. Pero no lo hacemos; y la razón es que sabemos bien cuál es el objeto de las matemáticas, y que consiste en pruebas, y cuál es el objeto de la medicina, y que consiste en curar. Pero no sabemos en qué consiste la gracia, que es el objeto de la poesía.