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  • Pero hay espíritus de cultura aún más liberal, para quienes ninguna simplicidad es estéril. No sólo hay pinos majestuosos, sino también flores frágiles, como las orquídeas, comúnmente descritas como demasiado delicadas para el cultivo, que obtienen su alimento de la más cruda masa de turba. Éstas nos recuerdan que, no sólo para la fuerza, sino también para la belleza, el poeta debe, de vez en cuando, recorrer el camino del leñador y el sendero del indio, para beber en alguna nueva y más vigorizante fuente de las Musas, lejos en los recovecos del desierto.

    Henry David Thoreau (1873). “The Maine Woods”, p.160