La cuestión de una paz mundial real y duradera concierne a los seres humanos, por lo que los sentimientos humanos básicos también están en sus raíces. A través de la paz interior puede alcanzarse una auténtica paz mundial. En esto, la importancia de la responsabilidad individual es bastante clara; primero hay que crear una atmósfera de paz dentro de nosotros mismos, y luego ampliarla gradualmente para incluir a nuestras familias, nuestras comunidades y, en última instancia, a todo el planeta.