La adolescencia ha sido reconocida como una etapa del desarrollo humano desde la época medieval -mucho, mucho antes de la revolución industrial- y, al igual que ahora, ha sido considerada durante mucho tiempo como una fase que se centra en la fusión de la madurez sexual y social. De hecho, la adolescencia como concepto tiene una historia tan larga como la de la pubertad, que a veces se considera más concreta y, por tanto, mucho más fácil de nombrar y reconocer.