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  • Aunque los padres sean más benévolamente serviciales, y aunque pasen tiempo con nosotros enseñándonos lo que saben, rara vez nos dicen lo que sienten. Se mantienen al margen emocionalmente: tal vez fuertes, tal vez cariñosos de forma no verbal, implícita; pero su mundo interior permanece misterioso, invisible. "¿Cómo son realmente?", nos preguntamos. "¿Qué sienten por nosotros, por el mundo, por sí mismos?