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Imagina a Jesús crucificado en tus brazos y sobre tu pecho, y di cien veces mientras besas Su pecho: "Ésta es mi esperanza, la fuente viva de mi felicidad; éste es el corazón de mi alma;
nada me separará jamás de su amor".
Imagina a Jesús crucificado en tus brazos y sobre tu pecho, y di cien veces mientras besas Su pecho: "Ésta es mi esperanza, la fuente viva de mi felicidad; éste es el corazón de mi alma;
nada me separará jamás de su amor".