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Cuando era niño, mis padres me decían: "Emo, no te acerques a la puerta del sótano". Un día que no estaban, me acerqué a la puerta del sótano. Y la empujé y entré y vi cosas extrañas, maravillosas, cosas que nunca había visto antes, como... árboles. Hierba. Flores. El sol... qué bonito... el sol.