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La debilidad por la riqueza y por coleccionar y poseer cosas de diferentes tipos; el impulso por el disfrute físico (sensual); el anhelo de honor, que es la raíz de la envidia; el deseo de conquistar y ser el factor decisivo; el orgullo por la gloria del poder; el impulso por adornarse y caer bien; el ansia de alabanza; la preocupación y la ansiedad por el bienestar físico. Todo esto es del mundo; se combinan engañosamente para atarnos con pesadas cadenas.