-
Es un placer estar en la orilla y ver los barcos que surcan el mar; es un placer estar en la ventana de un castillo y ver una batalla y sus aventuras más abajo: pero ningún placer es comparable al de estar en la atalaya de la verdad... y ver los errores, y los extravíos, y las nieblas, y las tempestades, en el valle de abajo.