Autores:
  • Aquel cuya alma no vaga por las extensiones, aquel que no busca la luz de la verdad y la bondad con todo su corazón, no sufre ruinas espirituales, pero tampoco tendrá sus propias construcciones basadas en sí mismo. En cambio, se refugia a la sombra de las construcciones naturales, como los conejos bajo los peñascos. Pero quien tiene un alma humana no puede refugiarse en otra cosa que no sean las construcciones que construye con su propio esfuerzo espiritual.