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Las razones están probablemente enraizadas en la religión. Jugar con la creación de Dios no está permitido. Por cierto, en el pasado eran precisamente las personas profundamente religiosas las que decían: Por supuesto que estamos jugando con la creación de Dios, de hecho la estamos perfeccionando. Este tipo de pensamiento está mal visto hoy en día.