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En nuestro tiempo, todo lo que hace falta para que florezca el mal es que unos pocos hombres buenos se equivoquen un poco y tengan mucho poder, y que la inmensa mayoría de sus conciudadanos permanezcan indiferentes.
En nuestro tiempo, todo lo que hace falta para que florezca el mal es que unos pocos hombres buenos se equivoquen un poco y tengan mucho poder, y que la inmensa mayoría de sus conciudadanos permanezcan indiferentes.