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La oración es escuchar además de hablar, recibir además de pedir; y su estado de ánimo más profundo es la amistad mantenida en reverencia. Por eso, la oración diaria debe terminar como empieza: en adoración.
La oración es escuchar además de hablar, recibir además de pedir; y su estado de ánimo más profundo es la amistad mantenida en reverencia. Por eso, la oración diaria debe terminar como empieza: en adoración.