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  • Creo que es casi imprescindible enamorarse de una idea para invertir el tiempo necesario para que sea buena y merezca la pena compartirla. Y luego, la parte difícil: eliminar esa idea cuando simplemente no es lo que podría ser. Con demasiada frecuencia, las organizaciones son buenas en la primera parte, pero tienen dificultades con la segunda. Por eso defendemos modelos de negocio caducos, apoyamos el statu quo y nos inclinamos por conservar lo que tenemos.