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He visto el fin del universo, y resulta que está en Estados Unidos y, curiosamente, en Houston, Texas. Lo sé, a mí también me sorprendió. Imagina mi sorpresa cuando salí de un club de comedia un día y caminé hasta el final de la manzana, y allí en una esquina había un Starbucks, y al otro lado de la calle de ese Starbucks, en el mismo edificio exacto que ese Starbucks, había - un Starbucks. Miré a un lado y a otro, pensando que el sol estaba jugando con mis ojos. Que había un Starbucks enfrente de otro Starbucks... y eso, amigos míos, es el fin del universo.