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El otro día llegué a casa y estaba lloviendo a cántaros, así que cuando llegué del coche a la puerta principal estaba empapado. Entré en casa y me quité la chaqueta y mi mujer me preguntó si estaba lloviendo. No pude contenerme y le contesté que no, que tenía que sacar a pasear al pez dorado. Aquí tienes tu cartel.