-
¿Quién puede impedirnos recrear nuestra vida como nos gustaría que fuera, como podría y debería ser? Nadie más que nosotros mismos puede impedirnos ser artistas, en lugar de marchar hacia adelante como meros consumidores, robots corporativos, ovejas. Nadie más que nosotros mismos puede impedirnos bailar con la vida en lugar de dar pasos de ganso. Reconocer en cada momento nuestra propia imaginación creativa, el cuadro vivo que pintamos en el lienzo de nuestras vidas. Todo es imaginación. Y la imaginación es libertad, pero también puede ser condicionamiento, esclavitud.