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Normalmente estamos atrapados en la corriente de nuestros pensamientos, sentimientos y emociones. Con la conciencia, podemos observarlo todo sin dejarnos arrastrar. Esto nos da acceso a algo mucho más vasto y profundo que nuestras habituales mentes comprimidas. Todos podemos acceder a ello. No es tan difícil. Con un poco de instrucción y práctica, cualquiera puede hacerlo.