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  • El hecho de que todos dejemos tras de nosotros pistas aparentemente insignificantes -el ADN emocional o lo que yo llamo Small Data- que son capaces de describir con una precisión demencial quiénes somos realmente, nuestra personalidad y nuestros deseos. Pero aún más cómo todos representamos desequilibrios -quizás me siento con demasiado sobrepeso, me siento sola o siento que no he conseguido lo que esperaba al llegar a los 40-. Estos desequilibrios son sorprendentemente visibles cuando visitamos los hogares de los consumidores, y sorprendentemente invisibles cuando nos basamos en Big Data.

    Fuente: bobmorris.biz