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Las prótesis me resultaban muy extrañas: Las llevas sobre los hombros, atadas al pecho, y son pesadas e incómodas. Si alguien te abrazaba, echabas de menos ese contacto. Para mí eran como una jaula.
Las prótesis me resultaban muy extrañas: Las llevas sobre los hombros, atadas al pecho, y son pesadas e incómodas. Si alguien te abrazaba, echabas de menos ese contacto. Para mí eran como una jaula.