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Creo que cuando se escribe teatro, y creo que también con las novelas, ayuda tener oído para la música del lenguaje, para lo que llamamos poesía, para los efectos sonoros y la forma en que el sonido puede producir sensaciones sensuales en desacuerdo o en consonancia con el contenido de la obra. Su obra es también una escritura magnífica. Es una lástima cuando abres una novela que a todo el mundo le encanta y es, ya sabes, una frase terriblemente mala.