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Lo primero que hay que decir es que el derecho penal ordinario de este país, la Ley de Derechos Humanos, la Ley de la Infancia, todas las leyes del país tienen prioridad, pero lo que también estoy diciendo es que en el contexto de un país laico, que es lo que Gran Bretaña es ahora, o al menos un país que pretende ser relativamente igualitario entre las religiones, debería haber cierto margen para permitir que las comunidades religiosas se gobiernen a sí mismas, siempre que sea consensuado y se respeten los derechos humanos de todos.