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Háblame hace 20 años y tenía una sensación total de ilegitimidad como musulmán estadounidense. Sentía que no era auténtico. Pero no entiendo y no creo ni suscribo esta idea de que no tengo derecho a hablar como musulmán porque soy estadounidense. Ser musulmán es aceptar y honrar la diversidad que tenemos en este mundo, cultural y físicamente, porque eso es lo que enseña el Islam, que somos gente de muchas tribus. Creo que la experiencia musulmana estadounidense es de una tribu diferente a la del mundo musulmán saudí, pero eso no nos hace menos que nadie.