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En el campo, la oscuridad de la noche es amable y familiar, pero en la ciudad, con su resplandor de luces, es antinatural, hostil y amenazadora. Es como un buitre monstruoso que se cierne, esperando su momento.
En el campo, la oscuridad de la noche es amable y familiar, pero en la ciudad, con su resplandor de luces, es antinatural, hostil y amenazadora. Es como un buitre monstruoso que se cierne, esperando su momento.