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El cobarde infeliz cuya mano y corazón no soportan torturar a nadie, es siempre el primero en temblar y sobresaltarse ante el menor dolor o un enemigo igual.
El cobarde infeliz cuya mano y corazón no soportan torturar a nadie, es siempre el primero en temblar y sobresaltarse ante el menor dolor o un enemigo igual.